Los primeros días de erasmus pueden ser excitantes y estresantes al mismo tiempo. Una ciudad nueva, unos futuros amigos aún desconocidos, una habitación extraña... No obstante, lo mejor es relajarse y dejarse llevar para exprimir al máximo la experiencia desde el primer momento. Además, es importante tener presente que únicamente es un año de nuestra vida, por lo que valdrá la pena hacerlo memorable.