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La sociedad alemana se caracteriza por la habilidad que tienen sus ciudadanos para planificar y organizar. Se suele asociar a este pueblo con la celebración de las reglas y la disciplina, y lo cierto es que los alemanes tienen estas dos cualidades muy arraigas y se enorgullecen de ello. Es debido a esto que la puntualidad, pulcritud y orden están prácticamente presentes en todos los ámbitos, haciendo que la vida en Alemania sea muy placentera.
El esfuerzo y la excelencia son reconocidos y buscados constantemente, por lo que a menudo, los alemanes consideran su trabajo como una de las cosas más importantes en el día a día. Por esto mismo sobresalen en los deportes, la tecnología y la industria automotriz.
Sin embargo, estas mismas cualidades hacen que los alemanes sean un tanto distantes y formales. Esto se refleja, por ejemplo, en algo tan cotidiano y simple como la forma de saludarse. Puede que te resulte llamativo que se saluden únicamente con un apretón de manos, no se estila abrazar ni besar.
Contrariamente a lo que se puede pensar, Alemania es uno de los países más inclusivos y abiertos para vivir desde el punto de vista sexual, étnico y educativo.
Fiestas y tradiciones
Pese a ser un país muy moderno, Alemania no deja de lado las tradiciones. El sentimiento de pertenencia que generan hace que se preserven con mucho entusiasmo y seriedad. Tal vez pienses que lo alemanes no se van de fiesta, pero tienes que saber que es el país que celebra más festividades en el continente. Disfrutan de innumerables eventos populares que varían de acuerdo a la región.
Alemania también se caracteriza por tener una pluralidad de danzas típicas. Una de las más conocidas y extendidas es el ländler. Este baile comenzó a ser popular a finales del siglo XVIII y es característico de la región sur, además de ser muy popular en Austria y algunas partes de Suiza. Se realiza en parejas y es considerado como el precursor del actual vals. Se baila marcando el ritmo vigorosamente con el pie en el suelo.